La muela del juicio

Mirala ahí, que bien

Vaya mierda. Ha sido volver y ya me están tocando los cojones. Así da gusto, coño. Pues resulta que la semana pasada me sacaron una muela del juicio, y desde entonces tengo una mala leche que no me aguanto. No es por los 160 € que me han levantado por sacármela (que manda cojones) ni por el puto dolor este que me taladra la mandíbula, no. Es porque estos 5 días de baja he probado a que sabe levantarse a las 11 de la mañana y desayunar en la cama, y claro ahora toca volver a trabajar, y encima, aquí.

As usual, no son mías. La mía decidió salir en fascículos, la muy cabrona.

Total que estaba yo tan contento y ya me han venido a martirizar, coño. A ver si la semana que viene me saco otra, y me tiro otros cinco días de baja, que aunque duela, eso sí que es vida. Y encima me he enchufado del tirón la primera temporada de twin peaks, ahí es nada.

Que si, morbosos, que sí, que os lo voy a contar. El lunes fui al dentista, un tipo majete y tal (atrás queda mi destista sensual con su auxiliar, ains) y me dijo que iba a ser poca cosa, porque estaba semierupcionada. Bueno, no se que coño será eso, pero suena prometedor, así que al lío. Total, que tras drogarme malamente y ponerse a currar, a los 15 minutos de tirones, forcejeos y coágulos sanguinolentos, el pollo comenta: "anda, pues no sale, eh ?". Así, y se queda tan pancho. Total, que saca un cortafríos, un martillo, y se pone a darle golpes: pan, pan, pán. Pilla unos alicates y ñic-ñac, ñic-ñac, y nada. Mas golpes. Mas alicates. Así 45 minutos. Total, que al final la sacó. Resultado: 4 días sin poder abrir la boca comiendo flan y sorbiendo agua como un colibrí. Y ahora tengo un agujero que parece las obras de la M30. Ffffff.